Nelly Lagos San Martín, Académica del Departamento de
Ciencias de la Educación, Universidad del Bío-Bío
Existen múltiples razones por las cuales, los centros educativos debieran invertir tiempo y energía en el desarrollo socioemocional, sobre todo para el mejoramiento de la convivencia escolar que hoy se ha visto alterada por reiteradas manifestaciones de violencia escolar. En este sentido, se puede considerar que la violencia es, a la vez, causa y consecuencia de un mal manejo emocional, puesto que emociones como la ira y la frustración pueden derivar en expresiones de violencia y a su vez la violencia tiende a generar emociones como ira y frustración. Desde esta conexión bidireccional, se desprende la necesidad de un desarrollo emocional que integre la competencia de regulación emocional, entendida como la capacidad para manejar las emociones de forma apropiada y considerada un indicador de inteligencia emocional.
Apostar por herramientas que permitan a niños, niñas y adolescentes a reconocer y gestionar sus emociones y de este modo minimizar las conductas violentas en la escuela, es preparar para la vida y para ello se debe atender a los aspectos emocionales de forma prioritaria. En este sentido, la educación emocional promueve interacciones basadas en emociones positivas, porque se entiende que una persona feliz no necesita hacer daño, es más rechaza toda expresión de violencia. Bajo esta misma perspectiva, se puede señalar que una persona aprende cuando se siente contenta y en sentido inverso, cuando aprende se siente contenta, lo cual da cuenta del sustento socioemocional del aprendizaje escolar.
Bajo estos principios, las personas necesitan reconocer y comprender lo que sienten para relacionarse sanamente, resolver los conflictos y adquirir los aprendizajes escolares, así como también, dimensionar la intensidad de la emoción desde la que actúan, siendo muy probable que al inicio de este proceso, necesiten ayuda para dicha identificación. Esto porque, en muchos casos, no se sabe lo que se siente y por consiguiente no se gestiona adecuadamente la emoción. El acompañamiento a una persona que está en una emoción desagradable e intensa, debe considerar además la búsqueda conjunta de opciones favorables y adaptativas, difíciles de ver, cuando se está en este tipo de emociones.
La educación emocional es una herramienta importante para hacer frente a muchas de las problemáticas de la escuela y de la vida, ya que una educación integral que potencie las fortalezas humanas, acerca más hacia la sociedad en la que deseamos vivir.
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